sábado, 24 de noviembre de 2012

¡QUÉ LISTO ERA MIGUELÓN!


Miguelón ya fabricaba lanzas con empuñadura hace 500.000 años

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Los humanos primitivos ataban puntas de piedra a mangos de madera para confeccionar lanzas y cuchillos 200.000 años antes de lo que se pensaba. Según un estudio publicado en la revista Science, el ancestro común de neandertales y Homo sapiens –el Homo heidelbergensis– ya empleaba esta técnica.
Punta de flechas en Kathu Pan 1 (Sudáfrica). Imagen: Jayne Wilkins.
Punta de flechas en Kathu Pan 1 (Sudáfrica). Imagen: Jayne Wilkins.
SINC | 15 noviembre 2012 20:00
La empuñadura fue un avance tecnológico clave que hizo posible manejar o lanzar puntas afiladas con mucha más certeza. Tanto los neandertales como los Homo sapiensprimitivos crearon puntas de lanza empuñadas, y la evidencia de esta tecnología se hizo común a partir de hace entre 200.000 y 300.000 años.
“Fue una mejora muy significativa en la tecnología de nuestros ancestros humanos. Una herramienta con empuñadura requiere múltiples materiales –piedra, madera, etc.– unir las piezas, múltiples pasos y más tiempo para crearla que una de piedra o una lanza de madera simplemente afilada”, explica a SINC Jayne Wilkins, autora principal del estudio de la Universidad de Toronto (Canadá).
Wilkins y su equipo presentan esta semana en la revistaScience evidencias de que las puntas de piedra halladas en el yacimiento arqueológico de Kathu Pan 1 (Sudáfrica) fueron atadas para constituir lanzas hace aproximadamente 500.000 años.
Los científicos reprodujeron la acción de estas herramientas mediante réplicas lanzándolas a cadáveres de gacelas
“Estas puntas de lanza estaban unidas a largas astas de madera y se utilizaron para cazar animales. Para determinarlo nos fijamos en el desgaste y los patrones de rotura de los bordes de las herramientas. Cuando se utilizan como armas hay una alta concentración de daños en la punta y menos en los bordes”, asegura la investigadora.
Los autores reprodujeron de forma experimental, mediante réplicas de estas puntas, la acción de estas herramientas atándolas a tacos de madera y después lanzándolas a cadáveres de gacelas. Las puntas respondieron bien y penetraron en el blanco adecuadamente.
“Adjuntar una punta de piedra hasta el final de la lanza añade esencialmente una cuchilla afilada en la punta. Esta cuchilla causará más daño interno y sangrado, por lo que es más fácil para derribar grandes presas y aumenta la probabilidad de éxito en la caza”, añade.
Miguelón, un pionero
Dado que las puntas provienen de capas de sedimento que datan de hace 500.000 años, parece que el ancestro común de neandertales y Homo sapiens, el Homo heidelbergensis –especie a la que pertenece ‘Miguelón’, el famoso cráneo 5 hallado en la Sima de los Huesos (Atapuerca)–, fue el primero en desarrollar la tecnología de empuñadura. 
La taxonomía y filogenia de los antepasados ​​humanos que vivieron durante el Pleistoceno aún no se ha establecido firmemente, pero la edad de las puntas encontradas en Sudáfrica son coetáneas a los fósiles atribuidos al género Homo heidelbergensis, de hace entre 600 a 400.000 años.
Antes de unir herramientas de piedra a los extremos de las lanzas, los humanos usaban lanzas afiladas de madera como las que se encontraron de hace 400 mil años en el yacimiento de Schoningen (Alemania).
Los estudios genéticos han situado al último ancestro común de los humanos y los neandertales en este período. “Basándonos en esta datación, sabemos que los instrumentos hallados en este yacimiento fueron fabricados por un ancestro humano que precede o está muy cerca de la divergencia humano-neandertal, y que esta especie, presumiblemente Homo heidelbergensis, fue la primera en hacer lanzas con punta de piedra”, concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica:
J. Wilkins, M. Chazan,  B.J. Schoville y K.S. Brown."Evidence for Early Hafted Hunting Technology”. Science 338: 942 - 946, 16 de noviembre de 2012.

sábado, 17 de noviembre de 2012

CÓMO SOBREVIVIR A UNA EXPOSICIÓN ORAL...



Sin morir en el intento...
Cortesía del Departamento de Lengua

«¡Me va a dar algo!» piensas, asustado, en el momento en que todos tus compañeros de clase se quedan en absoluto silencio y giran sus cabezas hacia ti, a la espera de que comiences a exponer tu trabajo. Son unos segundos interminables de expectación, hasta que consigues despegar los labios y, tras una torpe carraspera, dejas salir un hilillo de voz. Intentas serenarte, pero las inesperadas reacciones de tu cuerpo no te ayudan nada: el corazón late a mil por hora, las manos se deshacen en sudor, la garganta está tan seca como si acabaras de comer un polvorón... y aún encima una voz interior, que no sabes de dónde ha salido, no para de repetirte que esto va a ser un fracaso. ¡Maldita sea, qué ganas de salir corriendo!
Pero ante todo que no cunda el pánico. Los desagradables síntomas de ansiedad que provoca el hecho de enfrentarse al público pueden combatirse siguiendo unas cuantas reglas. Son estas:

ANTES DE LA EXPOSICIÓN

  • Elige un tema que te resulte interesante y busca información sobre él.
  • Prepara un esquema de tu charla y diferencia al menos tres partes: introducción, desarrollo y conclusión. También un coloquio al final de la charla.
  • Ensaya la exposición utilizando frases cortas y sencillas. Controla el tiempo que tardas en hacerlo.
  • Siempre que sea posible, prepara material de apoyo: mapas, ilustraciones o una presentación en Power Point.
  • Descansa bien la noche anterior y piensa en la ropa que te vas a poner: tienes que tener un buen aspecto.
  • Para mantener a raya los nervios: practica alguna técnica de relajación, respira hondo, desayuna bien y, si quieres, puedes tener un poco de agua a mano.
DURANTE LA EXPOSICIÓN

Una regla de oro: nunca comiences diciendo «Disculpad, pero es que estoy un poco nervioso...». Esa es la frase maldita. A partir de ese momento todos, incluso los que no se habían dado cuenta, se fijarán más en tus nervios. Y tú te pondrás peor, claro. Así que ya lo sabes, nunca, nunca confieses en público cómo te sientes (de mal).
  • Mantén siempre la atención de tus oyentes: esta es la pista que te indicará que todo va bien. Utiliza el humor, recorre con tu mirada las caras de tus compañeros, hazles una pregunta o pídeles su colaboración, sonríe, acuérdate de tus manos, gesticula, piensa que estás de charla con alguien de la última fila, ese es el tono de voz que tienes que utilizar.
  •  Descarta la voz monótona, las lecturas interminables o la repetición de lo que ya pone en las diapositivas, no mires hacia abajo ni intentes hablar muy rápido para acabar antes. Al final, se hace mucho más aburrido.
  • Empieza bien y termina mejor. Los dos momentos claves son esos, el principio y el final. Para empezar puedes captar la atención de tu público planteando un dilema o una pregunta sin resolver.Un buen final se consigue dando la respuesta a la cuestión del principio y añadiendo unas conclusiones.
  • Si utilizas un Power Point, recuerda, habla al público, no a la pantalla. No te dediques a leer lo que pone en la diapositiva.

DESPUÉS DE LA EXPOSICIÓN, EL COLOQUIO
  • Tendremos en cuenta que posiblemente nuestra charla de lugar a que nuestros compañeros nos hagan preguntas, no lo hacen por fastidiar, es buen síntoma de que la charla ha sido buena. Les responderemos con calma y claridad.
  • Y, de ahí en adelante, no evites las oportunidades que se te presenten para hablar en público. Aunque da mucha pereza hacerlo... es la única manera de perderle el miedo.


sábado, 10 de noviembre de 2012

ECLIPSE DE SOL


El próximo martes 13 de noviembre habrá un eclipse total de sol por primera vez en dos años

EFE  |  Publicado:  Actualizado: 10/11/2012 17:53 CET

miércoles, 7 de noviembre de 2012

USANDO LA CABEZA (II)


Un lechero minucioso






El día a día de un lechero muy concienzudo  consistía en llenar dos  vasijas de 16 galones con leche de vaca antes de servir a los clientes habituales residentes en cuatro calles diferentes. En cada una de estas cuatro calles, el lechero repartía exactamente, la misma cantidad de cuartos. (Tened en cuenta que un galón es igual a cuatro cuartos).
Tras atender la primera calle, el buen lechero se conectaba con el suministro de agua  y... ¡sus tarros volvían a llenarse hasta el borde!. Tras esto, el lechero se dirigía a atender la calle número dos y volvía a repetir la operación de llenar sus vasijas como hizo antes.
De esta manera procedía para poder hacerse cargo de cada una de las calles: llenaba sus vasijas de agua tras haber terminado con ellas, hasta que el último de sus clientes habituales quedaba feliz y atendido.

 Si en las vasijas quedaban 40 cuartos y medio de leche de vaca después de atender a cada uno de los clientes, ¿Cuánta leche de vaca tiene que haber repartido en cada una de las cuatro calles ?

LA CANCIÓN DE LA TIERRA


Nasa reveló al mundo la 'canción de la tierra'

El sonido emitido por la 'magnetosfera' de nuestro planeta se conoce como 'el coro de la tierra'.

Mediante un satélite, científicos de la Nasa lograron capturar los sonidos que produce nuestro planeta, demostrando así que 'la Tierra canta'. Este sonido es emitido por pequeñas partículas energéticas ubicadas en la magnetosfera del planeta por lo cual no pueden ser percibidos por el oído humano.
"Nuestros oídos no pueden detectar ondas de radio directamente, pero podemos convertirlas en ondas sonoras con la ayuda de un receptor de radio de muy baja frecuencia (VLF)", sostiene Dennis Gallagher, uno de los investigadores.
Las sondas gemelas RBSP (Radiation Belt Storm Probes), las cuales fueron lanzadas en el cohete Atlas 5, captaron las ondas sonoras producidas por el planeta azul el pasado 5 de septiembre durante una expedición en los cinturones de radiación de la Tierra. Escucha la canción de la Tierra.
El sonido
La corriente de 'chirridos' consta de cinco capturas separadas realizadas por el instrumento 'Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science' (EMFISIS) de la Universidad de Iowa y el Centro Goddard para Vuelos Espaciales que se encuentra montado en las RBSP.
"La gente ha sabido del coro desde hace décadas", explica el investigador principal, Craig Kletzing. "Los radio receptores están acostumbrados a recogerlo en sus equipos, y suenan parecido a los cantos de los pájaros", agregó Kletzing.
"Usualmente es más fácil escucharlos a la mañana, por lo que a veces se refieren a estos ruidos como el 'coro del amanecer'", comentó el investigador.
www.eltiempo.com